Tegnùe, un patrimonio natural sumergido por descubrir

Una verdadera joya inesperada de este tramo de costa, que se imagina principalmente arenosa, son las tegnùe (que en dialecto local significa «retenidas»), formaciones rocosas calcáreas muy particulares, para descubrir sobre todo por los apasionados del buceo. Las tegnùe son típicas del alto Adriático y eran conocidas ya en el siglo XVIII por los pescadores de Chioggia, Pellestrina y Malamocco, pero también de Caorle y Treporti. Eran ellos quienes las llamaban «retenidas» porque en estas rocas se enredaban sus redes.
En estas formaciones se crean auténticos nichos ecológicos, resultado sobre todo del trabajo de algas calcáreas e invertebrados como los corales, y están llenas de barrancos, cavidades y galerías riquísimas de biodiversidad. Aquí prosperan algas, moluscos y anémonas, pero también numerosas especies de peces.
Este «arrecife de coral del Adriático» fue definido por primera vez en el siglo XVIII por el abad Giuseppe Olivi, un naturalista originario de Chioggia.

Se encuentran a profundidades variables entre 15 y 40 metros, y van desde pequeñas formaciones aisladas a extensiones de roca de cientos de metros de largo: frente a Pellestrina y San Pietro in Volta, por ejemplo, se encuentran a unos 20 metros de profundidad.

Desde 2002, la zona de tegnùe frente a las costas de Chioggia ha sido declarada zona de protección biológica por el Ministerio de Políticas Agrícolas y Forestales, con prohibición de toda actividad pesquera. Hoy, gracias a la Región, pero también a las asociaciones locales y a los clubes de buceo, se organizan muchas iniciativas para conocer esta perla local, para garantizar su protección y el correcto disfrute, especialmente por parte de los buceadores.