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Pellestrina en Venecia, tierra plácida, lugar de pescadores y encajeros, de playas alejadas del turismo y casas coloridas con vistas al agua.
En la isla se encuentran solo tres pueblos: San Pietro in Volta, Portosecco y Pellestrina, además de las localidades de Santa Maria del Mare, al norte, y Ca’ Roman, al sur. En total los habitantes de la isla no superan las 4 mil personas.
Su particular conformación, que se extiende entre los 25 metros y el kilómetro, la convierte en un destino especial tanto para el jogging como para los paseos en bicicleta.
Al igual que el Lido, Pellestrina también está protegida por los Murazzi.
DE SANTA MARIA DEL MARE AL MUSEO DE LA LAGUNA SUR
Si se quiere recorrer toda, a pie o en bicicleta, partiendo del norte se encuentra primero Santa Maria del Mare, una aldea verde y llena de árboles y valles de pesca, aquellas áreas típicas de la laguna de Venecia protegidas por vallas o diques donde se practica la pesca antigua en «vallicultura».
Continuando se llega al puerto de San Pietro in Volta, el pueblo más antiguo de Pellestrina, donde se encuentra la Iglesia homónima, erigida en el siglo XVIII, y algunos restos de fortificaciones alemanas de la Primera Guerra Mundial. La localidad conserva tenazmente sus orígenes marinos, y de hecho las casas coloridas están todas orientadas hacia el agua. Aquí también se encuentra el Pequeño Museo de la Laguna Sur, fundado en 2007 y en el que se puede descubrir la historia de la isla, los Murazzi, la pesca y la terrible inundación de 1966.
CONTINUANDO HACIA EL SUR
Procediendo se llega a Portosecco, y finalmente, a Pellestrina, pueblo dividido en cuatro sestieri (Scarpa, Zennari, Vianelli y Busetti) que toman el nombre de las cuatro familias que aquí repoblaron la zona después de la Guerra entre Venecia y Génova de finales del siglo XIV.
Por último, el extremo sur de la isla está ocupado por la extensa reserva natural de Ca’ Roman, una playa salvaje con un sistema de dunas de arena perfectamente conservadas y flanqueadas por un bosque, que no tienen nada que envidiar a las de los Alberoni. Aquí se encuentra un oasis verde de Lipu, que en los otros ha registrado hasta 190 especies de aves. El aislamiento del área, de hecho, ha permitido conservar un hábitat perfecto para el descanso de las aves durante las migraciones.
Otro punto de interés de la zona de Ca’ Roman es un búnker antiatómico abandonado de la Segunda Guerra Mundial.
Como última etapa de la visita a Pellestrina, se puede recorrer el sendero dentro del bosque, continuando hacia el muelle y el faro de Ca’ Roman, para alargar la mirada hasta Chioggia.
La isla «quemada y salvaje».
